Obsesión en la oscuridad😘 Harco

Esta historia está creada por el chatgpt, y trata sobre la obsesión que tiene harry potter por draco malfoy. 

Las noches en Hogwarts siempre habían sido silenciosas, pero para Harry se habían vuelto una rutina peligrosa. Esperaba a que Ron y Hermione durmieran, tomaba la capa de invisibilidad y desplegaba el Mapa del Merodeador con manos temblorosas.

Su mirada nunca buscaba pasillos vacíos ni la silueta de Filch. Solo había un nombre que lo mantenía despierto:

“Draco Malfoy”.

Allí estaba, siempre moviéndose solo, encerrado en un baño abandonado o recorriendo pasillos ocultos. Harry lo seguía sin pensarlo, como si una fuerza invisible lo empujara. No se trataba de sospecha, aunque eso era lo que le repetía a Hermione cuando lo cuestionaba. La verdad era otra: necesitaba verlo, confirmar que seguía respirando, que no se derrumbaba bajo el peso de algo que solo él parecía cargar.

Una noche lo siguió hasta el baño de Myrtle la Llorona. Se quedó en silencio, cubierto por la capa, observando cómo Draco lloraba frente al espejo, su reflejo temblando con un dolor que no se atrevía a mostrar a nadie más. Harry sintió un nudo en la garganta. Quiso acercarse, decirle que no estaba solo, pero en su lugar retrocedió, más escondido que nunca.

Los días se volvieron insoportables. En clase, no podía dejar de mirarlo. En los entrenamientos de Quidditch, buscaba su figura antes que la Snitch. Y por las noches… por las noches regresaba al mapa, buscándolo, como si la tinta pudiera responder la pregunta que lo devoraba:

¿Por qué no puedo dejarte ir?

Una madrugada, Draco salió de la Sala de los Menesteres y Harry lo siguió, respirando tan cerca de él que podía oler la colonia tenue en su túnica. Draco se detuvo de golpe y Harry casi lo choca. Se quedó quieto, invisible, pero los ojos grises de Draco se clavaron en la oscuridad.

—¿Quién anda ahí? —murmuró, con la voz quebrada.

Harry no respondió. No podía. El corazón le latía con tanta fuerza que temió ser descubierto por el simple sonido.

Draco, con un gesto cansado, susurró:

—Potter… si eres tú… deja de seguirme.

Harry apretó los puños bajo la capa. No podía detenerse. No quería.

Esa noche comprendió lo que había estado negando: no era vigilancia, era obsesión. No quería atraparlo, quería entenderlo. No quería detenerlo, quería salvarlo. Y, aunque el mundo entero no lo comprendiera, Harry supo que estaría dispuesto a arriesgarlo todo con tal de no perderlo.

Ellos se aman obviamente 😘